Como en prácticamente todo, a lo largo de la historia, el hombre ha ido variando sus costumbres y formas de realizar cualquier actividad según han ido surgiendo nuevos avances y/o técnicas. En el caso de la viticultura no iba a ser menos, y han sido muchos los aspectos que han cambiado desde que existe este arte. La pregunta es si el cambio en las bodegas puede afectar al proceso de elaboración del vino. Aquí te mostramos algunos contrastes.
Son varios los aspectos que diferencian una forma y otra de conservar y/o fermentar el vino. Mientras que los bidones de acero inoxidable, aparte de ser más económicos (no sólo en cuanto a la construcción o creación, sino a su posterior mantenimiento y limpieza) y son más cómodos e higiénicos para la logística del proceso de conservación o incluso el transporte, el tanque de cemento es más preferido para el control de la temperatura, algo que también se debe tener en cuenta en el proceso de elaboración del vino, así como por las bodegas que no guardan cantidades muy grandes de este producto.
Tradicionalmente, la construcción de las bodegas se realizaba de manera que se consiguiera que aquel lugar fuera fresco (se preferían incluso cuevas para favorecer el proceso de producción) y condicionara la crianza del vino a una temperatura idónea. Sin embargo, hoy en día, con los sistemas de refrigeración modernos, el asunto de las cuevas suena a prehistoria, ya que, con unos circuitos con motores que airean el producto, se permite una oxigenación más rápida.
El control de la hierba, la conservación del propio suelo, el control del agua para el riego, la aplicación de productos… Todos esos factores son decisivos para conseguir un vino de calidad, por lo que, desde antes de la producción ya se tienen buscar fórmulas para conseguir que el vino sea excelente. También estos asuntos han ido cambiando a partir de nuevos avances, por lo que el debate sobre el uso de herbicidas o el arado y labrado tradicional, la aplicación de productos para proteger la uva de las enfermedades o dejar que la naturaleza siga su curso, los sistemas de goteo y riego o la espera de que la lluvia haga su efecto, es algo que siempre está presente entre los viticultores, con las ventajas e inconvenientes que conlleva, y que puede variar la graduación del vino o la maduración de la uva.
No sólo ha variado la forma de elaborar el vino. Su vestido, es decir, su presentación, también ha ido cambiando conforme los caldos han pasado a formar parte de la producción en masa y la industria, lo cual ha permitido nuevas formas de envasado. Si bien siguen existiendo las botellas verdes de cristal tradicional, también hay otros tipos de embotellado, más delgado y transparente, o los boxes de 5, 10 ó 15 litros, que permiten una mejor conservación, incluso garrafas de plástico que facilitan su transporte… Cada uno puede elegir el formato que más le interese.
Estos sistemas modernos y tradicionales dan lugar a la multitud de vinos que se elaboran en el mundo, cada uno con una personalidad distinta, existiendo grandes bodegas que elaboran no menos grandes vinos mediante técnicas más o menos tradicionales, por lo que podemos disfrutar de una gran cantidad de caldos elaborados con distintas técnicas más o menos tradicionales. En cualquiera de los casos, recomendamos que pruebes a comprarlos en una tienda de vinos online y descubras por ti mismo los que más te gusten.