Hay varios factores que debes manejar para conservar un vino en buen estado durante todo el año, toma en cuenta la humedad, la posición, el lugar, la ventilación y la temperatura.

Lugar.

La base de todo está en el lugar, debe ser un sitio como la zona debajo de la escalera ya que usualmente es un lugar dónde no da directamente la luz del sol, esta debe ser la premisa principal, luego debemos alejar nuestros vinos de electrodomésticos (ondas electromagnéticas) y conservarlos alejados de olores fuertes ya que mediante el corcho estos pueden alterar el sabor de nuestros vinos.

Posición.

Los vinos deben estar dispuestos de manera horizontal, recomendamos que el líquido de la botella esté en constante contacto con el corcho, así se mantendrá húmedo y el corcho no perderá su forma. Al deshidratarse el corcho puede disminuir su tamaño y por consiguiente perderá la hermeticidad nuestro vino.

Temperatura.

La temperatura debe ser constante, consigamos un lugar donde no haya mucho tránsito en la casa para que la temperatura no suba en ese espacio. El vino debe estar entre 5 y 18 grados, y en caso de ser posible se recomienda mantenerlos entre 10 y 12 grados. Lo más importante es que los mismos no sufran cambios bruscos de temperatura, sobre todo por el corcho para que no disminuya su tamaño. Los vinos blancos sobre todo son los que más se ven afectados con estos cambios.

Ventilación.

La humedad es un factor clave, la misma debe ser constante, no muy alta para evitar el moho y no muy baja para que no se deshidraten los corchos. La ventilación del espacio es ideal pero evitemos los olores.

Movimiento.

Este factor parece absurdo pero los vinos añejos sobre todo se pueden ver alterados por los movimientos bruscos. Por ello debemos encontrar un espacio donde estén exentos de vibraciones y fuertes movimientos.