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¿Eres de los que rara vez se sale de lo frecuente?
Si los reservas o los crianzas son fijos en tus momentos de disfrute, pero por casualidad (o no) te da por cambiar y no sabes muy bien cómo sacarle el mayor partido a los vinos, te dejamos algunos consejos.
Reservas
Al consumir vinos que hayan estado un periodo de tiempo superior a los 12 meses en barricas hay que tener algunas consideraciones antes de su consumo:
- Los reservas necesitan más tiempo de decantación, pueden presentar sustancias precipitadas en el fondo, son vinos para beber “sin prisa” ya que al haber estado tanto tiempo en barrica y botella tardan más en expresarse. Son vinos para degustar.
- Cuanto más tiempo pase en la barrica más tiempo en botella necesita para “redondearse” y que la botella haya suavizado los efectos producidos por la barrica.
Crianzas
Los crianzas son más versátiles, no necesitan tanto tiempo de decantación, su maridaje es más amplio al no tener tanto cuerpo y suelen ser los vinos menos arriesgados para cualquier situación. Por eso, recomendamos fundamentalmente:
- Decantar los vinos con largas crianzas para que se oxigenen. No pueden ser bebidos nada más abrir la botella porque puede que no se perciban aromas ni sabores y de una sensación a vino estropeado.
- ¡Cuidado con la armonía! Los vinos con crianzas en barrica tienden a maridar bien con comidas pesadas; carnes rojas y pescados grasos.
¿Te han resultado útiles estos consejos? ¡Esperamos que sí, y que puedas disfrutar tus vinos, ya sean Reserva o Crianza, de la mejor forma posible!